El delicioso: ¿Qué olor tiene en realidad tener sexo?
Es importante que aceptemos que es
la naturaleza humana y que es completamente normal.
La intimidad es un tema que está
lleno de prejuicios y tabúes que impiden (o impidieron en un cierto momento)
que nuestra educación sexual haya sido abierta y sin ningún tipo de vergüenza.
Entre esto, nos inculcaron que, las mujeres, debemos oler siempre bien porque
nuestra zona íntima desprendía un olor curioso como a “pescado”. ERROR. Gracias
a esto, nos hicimos consumidoras potenciales de productos de higiene íntima
que, para ser sinceros, no valen mucho la pena ya que la mayoría lo único que
hace es alterar nuestro pH. Pero, volviendo al tema, este asunto nos involucró
la idea de que, a la hora de tener sexo, no podíamos desprender ningún olor
desagradable; que debemos estar siempre perfectas, sin vellos, los gemidos
siempre sutiles, peinadas, y si apreciábamos algún aroma raro seguro la persona
con la que estuviéramos iba a sentir asco. Otro error.
Ni el sexo, ni nuestra zona
íntima, ni su miembro van a tener olor a flores. JAMÁS. Lo que es verdad es que
cada cuerpo desprende un olor distinto dependiendo nuestras hormonas, humor e
higiene, sin embargo, no quiere decir que esté mal. Lo importante es que –sí–
nos bañemos y seamos cuidadosos cuando se trata de nuestra vagina o miembro
para los chicos y que adoptemos las condiciones de higiene elementales.
Volviendo al tema del olor en el sexo, ¿a qué huele exactamente? Huele a todo.
Huele a fluidos de cada uno, huele a saliva y huele a sudor. Huele al vapor que
desprenden nuestros cuerpos y nuestra respiración agitada, huele a nuestra
boca, a nuestra vagina, a su pene; a deseo, calor y pasión. El sexo no huele a
flores, ni a menta, ni a fresas ni a lavanda. NO. Es importante que aceptemos
que es la naturaleza humana y que es completamente normal.
Asimismo, debemos darnos la
oportunidad de respirar a la persona con la que estamos, a qué huele su sudor
en el sexo, a qué huele su boca, su cuerpo; de darnos la oportunidad de
reconocernos con aromas, y no sólo hablo de la fragancia que usa, sino del olor
que desprende naturalmente. Y también de hacerlo con nosotros mismos, es decir,
tomarnos un momento para saber a qué olemos (sí, incluyendo nuestra zona
íntima), ésta es la única forma de saber si estamos bien, o si desprendemos
algún olor anormal al que le debemos prestar atención porque también puede ser
señal de alguna infección. Los olores puedes decirnos sobre nuestra salud más
de lo que creemos, y la única forma de descubrirlo es conociéndonos. Es hora de
romper con esos tabúes, quitarnos la pena y autoexplorarnos.
Así que sí, el olor del sexo es
intenso. Y también está el aroma en el sexo anal –no te asustes– recuerda que
es la zona por donde defecamos, claro que habrá un olor bastante extraño, así
como cuando hay flatulencias. Porque también las hay en el sexo. O cuando hay
sexo con menstruación; huele a sangre, y no es sangre de un dedo o de una
pierna, es de nuestra vagina y claro que no olerá a coco. No debemos
preocuparnos por este tipo de cosas, se trata de nuestro cuerpo trabajando con
bastante normalidad.
El sentido del olfato juega una gran papel a la hora de la excitación y el erotismo, por lo que debemos darle la oportunidad de que explore todo: el cuerpo, los fluidos, y todo lo que el sexo pueda incluir. No debemos perdernos de ninguna esencia que nos caracteriza, ni de nosotros ni de la persona con la que estemos, de lo que nos da identidad. No podemos perdernos de ese olor con el que recordemos aquella noche con un “¡hey!, mi cuerpo todavía huele a ti”.
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