Masturbarte y otros métodos que puedes poner en práctica si te cuesta mucho dormir
Preocupaciones, del día a día,
malos hábitos. A menudo conciliar el sueño es un dolor de cabeza, cuando
debería ser todo lo contrario.
Abres los ojos, los cierras, abres
los ojos otra vez y te quedas mirando el techo. Te acomodas de lado, bocabajo,
del otro lado y terminas bocarriba, mirando el techo de nuevo. Ves el reloj.
Marca las 4:30 am. Entonces empiezas a calcular las pocas horas de sueño que te
quedan. Piensas en todo lo que has hecho durante el día y cómo hace unas pocas
horas antes no podías mantenerte parado. Esta situación te está volviendo loco.
Ves venir tu día, con todo su caos, mientras tú, con ojeras y bostezando, luchas
por concentrarte mientras realizas tus tareas. Entonces comienzas a pensar que
tal vez no debiste ver esas 8 películas indie de terror que te dejaron alterado
y te robaron las ganas de dormir. Aunque quizá le restes importancia, debes
saber que no estás solo probablemente eres uno de los 40 millones de personas con problemas para conciliar el sueño y descansar plenamente. Sin embargo, no
todo está perdido. Para fortuna de todas y todos, hay métodos que pueden
ayudarte a alcanzar un estado de relajación idóneo para que puedas dormir sin
dar durante horas entre tus sábanas.
Recomendaciones:
1. Descansa en una habitación a oscuras
Incluso una mínima luz, como la
del reloj despertador o la pantalla del celular, puede afectar tus horas de
sueño. Demasiada claridad altera la producción de melatonina (hormona que
controla las horas de sueño y la vigilia) y la serotonina (sustancia química
del cuerpo que te ayuda a mantener en equilibrio los estados de ánimo). Por ende,
es necesario mantener estas dos sustancias y hormonas en total control para una
vida saludable a nivel mental. Si tus horarios de trabajo te obligan a dormir
de día, procura que no se cuele demasiada luz entre las cortinas. La idea es
que tu cerebro no registre estímulos sensoriales externos y que la oscuridad le
permite dedicarse a descansar en modo sueño.
2. Cumple una rutina
A la hora de ir a dormir es
fundamental hacerlo en un estado mental y corporal totalmente relajado. Un día
estresante puede significar que dormir descontrole totalmente tu forma de
descansar. Lo recomendable sería hacer meditación, respiraciones profundas,
recibir masajes de tu pareja e incluso probar la aromaterapia. La idea es
sentirte descontracturado de tu día y acostumbrar a tu cuerpo y mente a
horarios de actividad y a horarios de inactividad.
3. Evita los azúcares
¿A quién no le gusta un chocolate
antes de dormir? Sí, es algo muy rico, pero poco recomendado, especialmente si
sufres de insomnio. Al ingerir azúcar antes de dormir, aumentas su cantidad en
sangre y eso hace que se retarde el sueño. Cuando el azúcar en la sangre baja
demasiado (hipoglucemia) puede provocar que te despiertes (si has podido
conciliar el sueño) y va a resultar sumamente difícil que puedas volver a
dormir. Al fin y al cabo, comer, cualquier cosa, no es lo más recomendable
antes de irte a la cama, más aún si te cuesta demasiado trabajo conciliar el
sueño.
4. Toma un baño de agua caliente
Tomar una ducha, un baño de
inmersión o usar un sauna por unos minutos puede ser un gran método para
relajar los músculos. Como experimentas un aumento de la temperatura corporal a
medida que pasa la noche, ésta va descendiendo y resulta más fácil dormir. El
cambio de temperatura que atraviesa tu organismo cuando terminas de bañarte le
da la señal a tu cuerpo de que es hora ir a la cama.
5. Haz ejercicio
Si no eres un fanático del
gimnasio, hay otros ejercicios como caminar, nadar o correr que pueden
aportarte tres beneficios fundamentales: cuando el cuerpo está cansado por el
ejercicio es más fácil dormir, tienes un sueño más profundo y te despiertas con
menos frecuencia durante la noche. Si haces ejercicio por la tarde-noche y le
sumas un baño caliente, podrías tener una excelente jornada de sueño. La lógica
tras este principio es simple: al gastar energía de una forma que relaja tu
cuerpo, necesitarás reponerla. He ahí las ganas de dormir que te hacen falta.
6. Aléjate de la cafeína
Tanto el café, como el té y los
refrescos que muchas personas toman durante el día, tiene efectos negativos
durante la noche. Por lo general este tipo de bebidas no sólo contienen cafeína
sino también una cantidad excesiva de azúcares, que de por sí son perjudiciales
y dotan al organismo de calorías (energía) que al final del día no necesita.
Sumado a eso, ingerir demasiado líquido ocasiona que tu vejiga te dé la señal
de alerta, muchas veces por la noche.
7. Lee
Nada más sencillo que leer un par
de capítulos de ese libro que tienes en tu mesa de luz. Es una buena forma de
desconectarse unos minutos de todo aquello que te viene dando vueltas durante
el día. Tu cuerpo se relaja, el cerebro se concentra en imaginar lo que estás
leyendo y eventualmente tu vista comienza a cansarse. A menos que sea una
lectura que te genere demasiada angustia o que sea tan buena que no puedas
parar, leer un poco en la cama es una buena opción.
8. Revisa tu colchón
Sin duda es algo fundamental a la
hora de descansar, ya que un mal descanso por culpa de tu colchón puede
provocar dolores de espalda, cuello y cabeza. Una forma de tener una cama
fresca es esperar de 5 a 10 minutos (con la ventana abierta mejor) antes de
hacerla. Se recomienda además darle la vuelta al menos cuatro veces al año, de
izquierda a derecha y de la cabeza a los pies. Si puedes, limpia con una
aspiradora de mano la superficie cada dos semanas para evitar la acumulación de
ácaros y polvo. No es un hábito en sí, ni nada que puedas hacer día a día, pero
puedes intentarlo y no pierdes nada.
9. Levántate temprano
A veces es tan fácil como eso. Se
ha demostrado que exponerte a la luz de la mañana lo más que puedas ayuda a
estabilizar la sincronización de dormir-despertar del reloj corporal. Es una
ecuación simple: si te levantas temprano, tu cuerpo te mandará a dormir
temprano. También debes evitar las siestas excesivamente largas, ya que
despertar de un sueño profundo te puede hacer sentir aturdido.
10. Mastúrbate
Como lo lees. La masturbación
tiene muchísimos beneficios que pueden ayudarte a dormir mejor, si bien es
cierto que algunos sostienen que conlleva a consecuencias negativas, los pros
pueden ser mucho más satisfactorios, sanos y placenteros. Masturbarte te quita
el dolor porque cuando llegas al orgasmo liberas endorfinas, las cuales son
casi 20 veces más potentes que los analgésicos. También te desharás del estrés
que has cargado todo el día, al liberar dopamina. Sin duda te ayudará que te
sientas relajado a la hora de dormir y de buen humor cuando despiertes.
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El insomnio es algo que mucha gente padece. Si bien puede ir a un médico para que te recomiende algún tipo de pastillas, siempre es recomendable que pruebes las formas naturales ligadas a tu alimentación
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